jueves, 29 de diciembre de 2011

Regleritos para los del espumillón.

Digamos que vivo en una zona "bien". Vista mar donde apartamentos turísticos se combinan con chalets unifamiliares de precios desorbitados. También hay pisos y apartamentos residenciales modestos, de curritos de la zona, pero en general es una zona bien, donde suele verse a gente bien en coches bien y cosas normalmente bonitas. 
No se ven indignados, ni indigentes, ni ocupas, ni chorizos, ni drogatas, ni marginados.
Bueno, miento. Ocupas si que hay, pero hasta estos son discretos y apañados como el resto de la zona. 

Desde este verano, alguien ha ocupado un garaje más una zona techada anexa en una casita derruida. Nunca he visto a quien, o quienes vivan ahí, pero son pulcros, ya que barren y limpian con regularidad. 
Además, o con ellos vive un niño pequeño, o este va de visita, ya que han adornado las puertas del garaje con un poster enorme de un perrito, y se ven varios muñecos colgados. 
Me soprende que delaten su "ocupación" con esas cosas, con lo que se me ocurren varias cosas. Una es que se la trae al viento que alguien pueda enterarse de que están ahi, o bien que tienen un crio pequeño y quieren hacer ese garaje un poco más hogareño, o bien el crio no vive ahí pero va de visita y quieren hacerle más agradable su llegada. 

Desde hace unos días han decorado la verja de entrada al garaje con una cintita de espumillón. 

Cuando paso por la tardes, por las rendijas de la ajada puerta de madera del garaje, asoma el resplandor ténue de una lucecita. Me imagino yo a esas personas echando la tarde en el salón de su casa, alumbrados por una triste bombilla que cuelga de un cable pelado. Y se me antoja triste. Triste como el cuento de navidad de la vendedora de fósforos. Supongo que su historia nada tendrá que ver con la del cuento. Pero la lucecita que se asoma por las rendijas de la puerta me lo ha recordado. Será que estamos en Navidad. 
No se que historia estará detrás de ese trozo de espumillón pero me inspira pena y ternura a partes iguales. Pena por la supongo triste historia de quien se vea obligado a vivir en un garaje reconvertido a casita, pero a fin de cuentas garaje. Ternura, porque hay que tenerla, para decorar con posters de cachorritos, colgar muñequitos de una viga, y tenerlo limpio como una patena. Porque quizás haya un pequeño por ahi en medio. 

En pleno empacho de atracones navideños, cenas, regalos, turrones, grasas y calorias hipócritas, me he acordado de el/ella/ellos. Estaba en el súper y me he acordado de "los del espumillón". Y les he comprado una caja de regleritos que les he dejado dentro de una bolsa de súper detrás de la verja del garaje. 

A lo mejor a quien esté ahí se la trae al pedo que una gilipollas como yo le lleve una caja de regleritos. A lo mejor no ven la caja y se queda ahí y se moja y se echa a perder. A lo mejor tienen una bandeja llena de turrones de chocolate para celebrar la navidad y yo me he hecho una paja mental como un piano. 

Pero no lo creo. No creo que nadie que viva en un garaje esté surtido ni de felicidad ni de turrones navideños. Así que les he hecho mi mini-regalo de navidad, esperando con ello haberles hecho un poquito más felices estos días. Espero haberles dejado un poco de alegria en esa caja de nevaditos. 

A lo mejor el espíritu de la Navidad todavía existe y hoy me ha venido a visitar a mi. 

Regleritos para los del espumillón.


martes, 27 de diciembre de 2011

Nuestro primer año.

Hoy nuestro niño ha cumplido su primer añito. 
A pesar de no haber hecho hoy ninguna celebración ha sido un día muy emotivo para mi, e intuyo que también para el pedrusco de mi costillo, dado él a pocas manifestaciones afectivas
Y no es que no hayamos hecho ninguna celebración porque seamos unos muermos, sino porque aprovechamos el día 25 para hacer velas y tarta con toda la familia, y mañana juntaremos a los amigos más queridos en casa para hacer un mini cumple.
Hoy ha sido un día absolutamente normal, con sus rutinas de sueño, de comida, hemos ido a trabajar, al super, cena, cuna, y poco más. 
Pocas novedades a parte de los doscientos veinte mil besos que le he arreado esta mañana al niño mientras le daba el bibe y recordaba cosas de hace justo un año.
Un regalito pequeñito a las 20.00 con su padre y yo en el cuarto de estar mirándole con cara de gilipollas mientras el miraba su regalo. El veia un libro toca-toca y nosotros veiamos a un recién nacido de 2,5 kilos envuelto en papel térmico. A mi me ha entrado llorera (ya me ha costado). Y por primera vez en un año he vuelto a ver en los ojos de mi marido la misma forma de mirar de hace justo un año. Una mezcla de cansancio, de emociones intensas y muy emotivas, de amor. Un reflejo de la misma cara que paseaba hace exactamente un año.
Yo particularmente, me he pasado el día rememorando lo ocurrido como si fuera ayer. Lo que haciamos a las 8, a las 8.30, a las 09.00, a las 10.00, a las 14.30, a las 18.00, a las 19.00. Y a partir de ahí hasta las 20.00 ha sido continuo.
No se si todo este mogollón de ilusiónes se acabarán diluyendo con el tiempo. Supongo que así será. Que cuando el crio tenga 18 años, ya no recordaré con tanta intensidad estos momentos. Pero mientras tanto, habrá que disfrutarlos. 
Aunque me pegue un atracón a llorar. 
Porque no solo se llora de pena.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Felices Fiestas

Felices Fiestas cariños mios.
Yo intentaré que mis navidades sean navidades, aunque nunca lo son tanto si no pego un salto a mi tierra, la de las bravas. Y este año no ha podido ser. Aqui son decafeinatto, y a mi me gusta el ristretto. Juas juas. Aun así intentaremos que el decafeinatto sea intenso.
Que paseis unos días estupendos.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Coitus interruptus

Cuando el girasol empieza a mirar hacía el sol, viene un nubarrón que lo jode.
Mi sueño es últimamente lo más parecido a un coitus interruptus, siendo el nubarrón mi hijo, que esta madrugada a tenido a bien despertarme tres veces en un intervalo inferior a tres horas
Cuando ya estoy plácidamente rendida en los brazos de Morfeo y empiezo a descansar, viene tronchito a cortarme el rollo. Vuelta a iniciar el proceso. Así hasta tres veces esta madrugada.
El resultado es que una se levanta tarde, pero no por ello bien dormida, con un dolor de cabeza sutil pero que no cesa, que te da por culo toda la mañana. Con los dientes apretados, gracias a mi bruxismo, y con unas ojeras esplendorosas.

Hay noches en las que dormimos de un tirón, pero otras en las que el crio sueña y se despierta llorando, o bien se despierta, simplemente, a las 06.30 y dice que quiere juerga. Hoy he conseguido que se durmiera 2 veces más, pero otros días no hay tanta suerte. No nos ha salido dormilón, que le vamos a hacer.

Así que normalmente, cada dia sobre las 10 de la noche yo ya estoy en estado catatónico, para incomprensión de algunos de mis amigos no padres. Lo siento chicos, me da por saco quedar a cenar. Si voy sola, me duermo. Si voy con niño, no ceno. Además el niño ya no se duerme en cualquier sitio ni de cualquier manera.

Y que os voy a contar yo que no sepais vosotras, madres, de los coitus yanomeacuerdus. Las que no lo seais, o esteis a punto de serlo, aprovechad, y haced guarreridas, todas las que podais, porque luego la cosa se complica.

Intentar pegar un kiki cuando una tiene un crio de un año, es poco menos que misión imposible. De lo de chingar recien pasada la cuarentena mejor ni hablemos.

Entre la barriga post parto que te queda de recuerdo, lo mal que duermes, lo poco que paras, la paliza que te da el crio, que a las 10 de la noche tu quieres sobar, y cuando dices sobar es sobar la almohada y no otra cosa, y que de los nervios que pasas te duelen hasta los dientes, cuando llega el maromo con ganas de juerga te le quedas mirando con una cara como diciendo "cariño, o te curras unos prolegómenos de la ostia, o no te enseño ni media tetilla"

Para que luego, cuando el girasol ya apunta hacia el sol, al crio le de llorera y os corte el rollo. 

Come on baby light my fire, uooo uooo uooo.

Que paseis unas Felices Fiestas de Navidad.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Music was my first love

Como bien dice la canción, la música fué mi primer amor. Siempre he sido una escuchadora compulsiva de música.  He pasado de ser una eficaz rebobinadora de casettes con boli bic a convertirme en una piratilla descargadora. La música siempre ha marcado mi vida, y además lo he promovido, ya que asociar canciones a momentos importantes de tu vida tiene el mismo "don mágico" que el hecho de abrir un libro y encontrar una foto vieja entre sus páginas. Recuerdos olvidados vuelven a tu mente, y los fotogramas de esos momentos reviven en tu cabeza.

Hace casí casi un año, el 31 de Diciembre del año pasado, salíamos de la clínica, recien paridos, maravillados, extasiados, y extenuados, con un precioso bebé en brazos que por primera vez veia la luz del sol. Después de colocar cuidadosamente al niño en su capazo, y apretar maletas y bolsas de regalos en el maletero, nos subimos al coche de vuelva a casa. Con uno más. Increible. Increible el viaje de vuelta. Maravilloso.

Esta fúe la primera canción que pusieron por la radio.

Que la disfruteis como lo hago yo cada vez que la escucho.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Queridos reyes majos

Queridos Reyes Majos.

Ante la crisis galopante sin brotes verdes a la vista que nos amarga los turrones, y para liberaros de tan pesada carga, he dedidido que el Rey Majo correspondiente a mi pariento, no me va a hacer regalo porque está ruinator total. Él me ha dicho que por 20 euros no estamos. Pero es que yo cuando me pongo, me pongo.
Los Reyes Majos del convento materno tampoco van a venir porque están mas ruinator aún que nosotros. Así que si cae algo será de parte de los Reyes Majos de tias y abuelos pudientes, pero los demás este año se van a llamar los "Pobres Reyes Majos"

Como regalos pecunarios no tiene una moral de pedir, se va a dedicar a pedir otro tipo de regalos no materiales, pero más jodiendos

  • Que nos saquen de la crisis ya. Que ya hemos recibido lecciones de humildad suficientes. Los que menos las necesitabamos, por cierto. Además, que ya nos lo sabemos. Que ahora ya sabemos si algo vale lo que cuesta. 
  • Que los que nos han metido en esta, que no hemos sido nosotros, que la paguen. 
  • Que no den un duro más de nuestros impuestos a los chorizos de los bancos para que sus directivos se peguen unos sueldazos que yo ni en 10 años
  • Que quiten todas las pensiones vitalicias, super sueldos, dietas, coches y cualquier tipo de gasto y lujo innecesario a la panda de inútiles dilapiladores del dinero publico (aka; que no es de nadie; ATPC) que nos gobiernan.
  • Que se cepilllen al senado. Que nos cuesta una pasta para nada.
  • Que los que roban pasta la devuelvan. TODA. Vease Ungardanrines, Munares, Matas y demás panda escondepastasenbotesdecolacao.Y si no la devuelven, condenas ejemplares. A ver si hay huevos de repetir.
  • Codicia: "Delete". Suprimir Codicia.  No soy comunista. Pero no es de recibo que los Trump se puedan comprar un yate de 29 millones de euros. Con esos 29 millones de euros se mueren muchos menos niños de hambre. Y además, quien gana lo suficiente para comprarse un helicoptero Puma para uso personal no lo gana trabajando, lo gana robando. 
Me estoy dando cuenta de que todo esto se arreglaria con castigos ejemplares a los pecadores capitales.

Asi que pido a mis queridos Reyes Majos, que a los avariciosos, perezosos, airados, envidiosos, y soberbios, se les caigan los huevos al suelo y se vean obligados a pasearlos en carretilla de tal forma que se vean sometidos al escarnio público. En caso de las féminas, también hay elementos susceptibles de descolgamiento.

Lo de la lujuria y la gula déjanoslo un poco, que al cuerpo hay que darle una alegría de vez en cuando. Vale?

domingo, 18 de diciembre de 2011

Aventuras soperiles

Desde hace un mes aproximadamente le estoy dando a "tronchito" un plazo de sopa(za) que cada día espera como agua de mayo y que se trinca en un periquete.

Y he aprendido muuuchas cosas:

  1. Que la sopa de "punchis", o puntitos, es una auténtica guarrada y en vez de llamarse comercialmente "sopa maravilla" deberia llamarse "sopa hijaputa" Sinó, intentad darle a un bebé activo de un año y muerto de hambre un plato de semejante invento del demonio, y encontrareis punchitos de los cojones hasta casi casi en las mismisimas bragas. Se esparcen por todo, se pegan por todo, y no hay quien los limpie ni los recoja. Antes de ayer mandé a los punchis a tomar viento y puse a Dios por testigo de que nunca mais volveré a poner esa sopa en el plato de mi hijo.
  2. Qué la sopa de fideos de los finos es otra mierda, porque aunque cuecen rapidísimo, cosa a tener en cuenta cuando "tronchito" brama de hambre, también se caen por todo, se le quedan pegoteados por la barbilla y paso más tiempo recolectando los fideos que se le caen que dandole lo demás. Solución chapuza: ir metiendo con el dedo todos los fideos en la cuchara antes de que esta llegue a la boca del niño. Pero además de una guarrerida, es un rollo. 
  3. Que la mayoría de las cucharas son una caca de la vaca y para una tia como yo, que tiene un pulso como para robar panderetas, esto supone que la mitad del caldo que va en la cuchara se cae por el camino.
Conclusiones:

  • La sopa de estrellitas es la que mejor va. No se cae tanto, ni se pega tanto. Aunque si algún manotazo de bebote intercepta la cuchara, las estrellitas acaban poco menos que en la via láctea. 
  • Cuanto más espesa la sopa, menos se cae por el camino. Así que mis sopitas suelen ser sopazas. De todas formas intento contenerme desde que el niño me dijera que el último plato, más parecido a una carretilla de hormigón armado, que me lo comiera yo. 
  • Cuanto más grande la cuchara mejor. Aunque si el tamaño de la boca del receptor de la sopa es limitado, caso de "tronchito", se hace necesario adquirir cucharas algo más hondas que las habituales, para que la perdida de líquido por el camino sea la menor posible. En Ikea venden una bolsa de cubiertos de plastico de colores. Por menos de dos euros, 4 cucharas hondas y grandes, 4 tenedores y 4 cuchillos de colores variados y buenos de agarrar. Las cucharas me están salvando la vida (y la mesa, y la alfombra y todo lo demás.
  • Los baberos de plástico son muy fáciles de limpiar, pero no absorven sopa, asi que si no quieres que esta acabe en la entrepierna de tu niñ@, compra de tela, que son una guarrada, pero no absorben. 
Al final, cuando no hay que limpiar una cosa, hay que limpiar otra.
Asi que paciencia.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Olor a mustela y primer cumple

Se acerca el primer cumple de bebote y a mi se me agolpan los recuerdos, aún más intensos si cabe ya que vino a nacer en Navidades, así que estas fechas, ya de por si emotivas, lo son más para mi desde que nació el niño.

Desde hace unos días tenia metido en la nariz ese olor a bebé recién nacido que inundaba mi casa durante los primeros días, durante los primeros meses. No andaba a acertar que erá lo que provocaba ese olor tan rico.

Antes de ayer fui a dar con el tubo enorme de crema para el culete de Mustela que no usamos porque al niño no le hace falta, y al abrir el tapón el bofetón me vino de golpe. Era eso. Es el olor a Mustela. Asi que desde hace dos días, al niño le unto el culo con un poco de crema que no necesita para que le quede ese olorcillo tan rico de esos días tan entrañables.

Y que conste que ni Mustela me patrocina, ni es una crema que me guste porque me destroza las manos. Debe llevar algún producto que evita la humedad del culete que a mi me reseca las manos de forma exagerada. Pero el olor, ese olor a mi bebé en sus primeros días, se me hace irresistible.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Habia una vez una paja mental.

Había una vez una pardilla con gafas y pantalones marca nisu (aka nisuputamadrelosconoce), que iba a un colegio semi niños bien donde los guays llevaban vaqueros bonaventure con una chapa metálica plateada en la parte de atras que molaba mogollón y zapatos de marca.

La pardilla se miraba a la niña bonita de la clase con envidia, sana, que nunca fué mala la pardilla, pero envidia. Una niña guapa, con mucho estilo, siempre con el pelo planchado y peinado, la raya del ojo siempre sin correr aún después de un día entero de colegio. La niña por la que suspiraba media clase.

Y pese a lo que pueda parecer, la pardilla tenia buen concepto de la niña bien, le caía maja. Aunque no fueran amigas, ni ella pudiera participar en un mundo guay de chicos simpáticos y babeantes, pantalones con chapas de caballos, ropa de marca, y mas de 4 duros en la cartera. La niña bien era maja además de mona.

El colegio acabó, cada una se fué a hacer sus cosas, pardilla se fué a la universidad a hacer una carrera estúpida donde se aprende un poco de todo y mucho de nada y perdió la pista a la niña guapa durante un tiempo.

Pardilla encontró curro, encontró novio, trabajó, salió, se divirtió, se arrejunto, dejó de ser pardilla, viajó, cenó, bailó, hizo muchas cosas, se embarazó y tuvo a un bebé precioso. Dejo de ser pardilla y pasó a ser otras muchas cosas muy guays, y a pesar de no tener un duro se sintió feliz por lo conseguido.

No recuerda cuando, si estaba embarazadisima, o recien parida, en un rato de aburrimiento, ex-pardilla busca a niña mona via facebook y gracias a su indiscrección, da con su muro y con los mensajes de condolencia de sus amigos.

Se había ido. La niña bonita nos dejó. Después se supo que había sido por culpa de un cancer que la mandó al cielo con sólo 33 primaveras.

Y desde entonces, y ya hace más de un año, ex-pardilla se acuerda con frecuencia de ella. Sin entender por que. Cosa que la preocupa.

Nunca fueron amigas. Nunca tuvieron más relación que la de "dejame un boli", pero se acuerda de ella. Quizás pensando que la vida es cruel. Quizás pensando que se ha llevado a una chica joven con tanto por hacer. Que pardilla, a pesar de serlo, ha tenido tiempo de disfrutar mucho, de hacer muchas cosas, de ser mamá. Quizás pensando que la niña bonita no tuvo esa oportunidad. Quizás pensando que de tan bonita que era, hasta el feo cáncer se fué a fijar en ella. Quizás pensando en que desde el cielo la niña bonita ahora mire a ex-pardilla y tenga un poco de envidia sana. Quizás pensando en que de vez en cuando la niña bonita se acerque a mirar más de cerca.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Su primer cepillo de dientes.

El otro día fuimos al súper, y cuando pasaba por el pasillo de los jabones, me acordé de nosequién que decía no se qué en algúna web de la blogosfera maternal a cerca del la adquisición del hábito de la limpieza de dientes en los niños. Y como bebote está a punto de celebrar su primer cumpleaños, mamota, que ya lleva dos semanas con el moco suelto a causa de tan magno evento, decidió que le iba a comprar su primer cepillo de dientes.

¿Seré imbécil? Por lo del moqueo, que da para otro post. No por lo del cepillo.

Así que papote, mamota y bebote nos fuimos a casa todos contentos con un minicepillo de dientes y un tubo de pasta de dientes para niños de más de un año, con un soportable sabor a fresa.

Según el post ese que os he dicho ya que no me acuerdo donde lo leí, se comentaba que era conveniente iniciar a los peques a partir del año aproximadamente, en el hábito de la limpieza de dientes, introduciéndolo como un juego, sin importar mucho si al principio se cepillan un diente o una oreja, haciendo que sea algo divertido, y por supuesto predicando con el ejemplo.

Así que ahora, mamá y papá, cada vez que se lavan los dientes y se acuerdan, y bebote no está siesteando o haciendo cosas más importantes, pues salen del baño, cepillo de dientes en mano, y la boca llena de espuma, a hacerle monadas al niño para que se ría. Cosa por cierto bastante divertida.

A la hora del baño le untamos el cepillo con una migaja de pasta de dientes. Y cuando digo untar, es untar. Esto es, como la que está a dieta y se pone mantequilla en la tostada. Que la estira tanto que casi ni se ve. Pues lo mismo. Para que trague poco y menos, simplemente se vaya familiarizando con el sabor, y si algo llega a algún diente y limpia, pues bienvenido sea.
Así pues le damos su cepillo untado, y mamá hace la mona. Se frota un diente y luego le frota un diente al niño, que se parte el culo por cierto. Sobre todo cuando mamá intenta enseñarle que la pasta no se traga y que hay que escupir. Sonoras carcajadas inundan mi baño.

Resultado: bebote desternillado de la risa coje el cepillo y hace amagos de cepillarse los dientes. A veces lo consigue, otras veces lo muerde. Otras no atina, las menos,  y se frota la campanilla con el consiguiente enfado, con lo que hay que estar atenta. Y pasados unos minutos, se guarda el cepillo y la pasta, y a otra cosa mariposa.

Mi niño crece. Snifs.
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